¿Qué significa esta palabreja tan rara?. Seguro que si te decimos que afecta a los perros y gatos “chatos” ya empieza a sonarte.
El síndrome del braquicefálico afecta a perros y gatos de raza (y sus cruces) que tienen una cabeza “corta”, lo que hace que estén predispuestos a tener una serie de problemas principalmente respiratorios, pero también y con mucha frecuencia digestivos, debido a la conformación de sus vías respiratorias, más cortas o aplanadas de lo que sería fisiológicamente deseable.
Razas que se ven afectadas son Bulldog francés, Bulldog inglés, Carlino, Boston terrier, Pekinés, y algunos Shih Tzu y Lhassa Apso, entre otras. En el caso de los gatos, los Persas, Himalayos y el Exótico de pelo corto, entre otros.
El síndrome del braquicefálico combina tres problemas
1 Alargamiento del velo del paladar. El paladar blando es más largo de lo normal y se queda “entrampado” con la glotis, que es una parte de la garganta, con lo que dificulta el paso del aire a los pulmones, provocando dificultad para respirar, ronquidos y jadeo excesivo.
2 Las narinas estenóticas, es decir, los orificios nasales muy estrechos se colapsan hacia dentro al inhalar el aire dificultando su paso. Es la primera barrera física que se encuentra el aire en su intento de llegar a los pulmones.
3 Eversión de los sáculos laríngeos. Estos sáculos son unas estructuras que están junto al paladar y la garganta y que como consecuencia del esfuerzo respiratorio constante, se modifican y presionan la tráquea dificultando una vez más el paso del aire a los pulmones.
Los perros y gatos afectados no tienen que tener necesariamente las tres alteraciones al mismo tiempo, pero suelen ir de la mano y presentarse en conjunto.
Debido a la dificultad que tienen para respirar y oxigenar bien, estos peludos suelen ser muy ruidosos, tanto al inspirar como al espirar el aire, roncan mucho, son intolerantes al ejercicio y su actividad física se ve reducida ya que realmente les cuesta respirar cuando se mueven más de la cuenta, sobre todo si hay exceso de calor o de humedad. Sus mucosas a veces adquieren un color azulado, y pueden llegar ocasionalmente a desmayarse o colapsar, como consecuencia de un esfuerzo excesivo. Además suelen presentar problemas digestivos, con arcadas, vómitos y flatulencias ya que la digestión llega a verse afectada.
Para el diagnóstico y valoración de este síndrome, hay que proceder a anestesiar al peludo, ya que excepto los ollares que se ven a simple vista, el resto de estructuras hay que verlas con el peque relajado. Suelen hacerse radiografías de tórax para ver tráquea y pulmones, aunque la prueba que más ayuda es la endoscopia respiratoria y digestiva, que nos permite ver las anormalidades en movimiento, como están los cornetes, la laringe, la tráquea, los sáculos y hasta qué punto entrampa el paladar blando.
Estos peludos realmente son pacientes crónicos. Es importante un control veterinario regular y muy recomendable valorarlos entre los 10 y los 12 meses, ya que en caso de necesitarlo, puede ser un buen momento para hacer un tratamiento quirúrgico que ayude a paliar todos estos problemas. La resección del velo del paladar se recomienda hacerla de forma preventiva cuando el paciente es joven, antes de que se produzcan alteraciones en la laringe (rondando el año).
La cirugía consiste básicamente en recortar la parte del velo del paladar que sobra, extirpar los sáculos faríngeos al mismo tiempo (en caso de que estén ya evertidos, es decir, que ya estén hacia fuera presionando la tráquea) y ensanchar los ollares retirando una pequeña porción de cartílago de la nariz.
En peludos de cierta edad, el pronóstico es peor porque ya suelen tener un colapso laríngeo.
Te damos unas recomendaciones para estos peques, para sobrellevar su día a día:
- Utilizar arnés en lugar de collar.
- Mantener sus ollares siempre limpios.
- Utilizar comederos elevados especiales si son muy ansiosos a la hora de comer, para evitar que se atraganten.
- Limitar el ejercicio intenso y sobre todo, evitar las horas más calurosas del día, en épocas de calor.
- En la medida de nuestras posibilidades, es importante proporcionarles un entorno de temperatura suave, ya que tienen dificultad para la termorregulación.
- Es super importante controlar el peso y evitar la obesidad, que puede agravar todavía más los problemas respiratorios.
Ante cualquier duda, si convives con uno de estos peluditos, acude siempre a tu veterinario para que te informe y te asesore sobre su salud, cuidados preventivos y cómo proporcionarle el mayor bienestar posible.